los Tainos o Arauacos

Desde el siglo XIX, el término taíno (que en lengua aruaca hace referencia a «los buenos», «los selectos», «los nobles») ha sido utilizado para denominar a los indios, en las Antillas Mayores, en el momento del Descubrimiento o Encuentro. Eran indios agricultores y ceramistas, que trabajaban muy bien el barro.
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Poseían una cultura más compleja que la de los arcaicos. Su cerámica es de cocción a altas temperaturas, y decoraban los recipientes con vistosos diseños pintados en blanco sobre rojo, llegando, a veces, al uso de tres colores. Usaban, igualmente, los diseños incisos y modelados. Aparecen, además, y por primera vez, los bateyes y las plazas para el juego de pelota; de goma, ésta, por cierto. También surgen los cemíes (ídolos de tres puntas) grandes y comienza el desarrollo de la institución del cacicazgo. El idioma taíno, genéticamente aruaco, ha aportado infinidad de palabras al español (tales como, entre otras, cacique, canoa, huracán, tabaco, maíz, sabana y hamaca).
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Estos aborígenes eran de regular estatura, bien formados, de color trigueño oscuro, ojos negros y expresivos y pelo negro y lacio. Se pintaban el cuerpo con zumo de bija para preservarse de las picaduras de insectos, pues en su mayor parte andaban desnudos.
Tres actividades económicas fueron desarrolladas por los taínos: la agricultura, la caza y la pesca. Entre los cultivos principales encontramos la yuca de la cual obtenían casabe. Se cultivaba también: maíz, batata, lerén, ají, maní y yautía. La caza y la pesca le permitía a los taínos obtener las proteínas necesarias para subsistir. Las carnes más preciadas eran las de los curíes, las culebras y la iguana. Cazaban también aves como palomas y patos. La pesca del manatí era muy popular.
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Los taínos tenían gran arte para las artesanías, como es el caso de la cerámica, caracterizada por sus variadas formas de modelado y por sus decoraciones con motivos en secuencia geométrica, así como por las representaciones religiosas en las asas de las vasijas. El arte taíno también puede apreciarse en los adornos corporales realizados: de concha, el taíno realizó esmerados trabajos que al ajustarse a las dimensiones del caracol son de reducido tamaño aunque no por eso menos hermosos; las guaizas, eran usadas como adornos de la cabeza u ornamentos frontales de cinturones, frecuentemente traían aplicaciones de oro y fueron muy elogiadas por los conquistadores españoles; sartas de caracoles, usadas para danzar en los areítos y otros ritos religiosos por su gran sonoridad. En hueso crearon una gran variedad de amuletos y utensilios domésticos, así como los famosos inhaladores de la cohoba.
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Los taínos se organizaron en aldeas. Cada aldea tenía su propio cacique; y, cuando la aldea era muy pequeña, se unía a alguna otra que tuviera su cacique. Con el paso del tiempo, algunas aldeas se colocaron bajo el mando de otras, constituyendo así una especie de confederación tribal, que tenía sobre todo fines guerreros. A la llegada de los españoles a, los taínos estaban agrupados en cinco grandes confederaciones o “cacicazgos”, dirigidos por sus respectivos caciques, de la manera siguiente:
Marién, por Guacanagarix.
Maguá, por Guarionex.
Higüey, por Cayacoa.
Maguana, por Caonabo.
Jaragua, por Boechío.

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En la sociedad taína, las mujeres se dedicaban a la fabricación de los objetos que serían utilizados en la vida diaria. Los hombres, por su parte, construían las canoas, las hachas de piedra, y todos los utensilios necesarios para la caza y la pesca. No había una división de clases, pero sí una división política y social que entrañaba una serie de privilegios y diferenciaciones. El gobierno se centraba en la figura del cacique, el cual estaba asistido por los nitaínos. El privilegio del cacique y los nitaínos ante los demás miembros de la comunidad era evidente. Luego seguía el behique o sacerdote, quien, por su rol de curandero y de mediador ante la divinidad, tenía mucho poder e influencia. Debajo estaban los taínos, que eran los más numerosos y los que debían realizar las actividades económicas. Por último, se encontraban los naboríes, considerados como siervos de los caciques y de los nitaínos.
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La familia taína era, esencialmente, monógama. La organización familiar sugiere un patriarcado, pues la autoridad de la familia se encontraba en manos del hombre. Sin embargo, la sucesión de la herencia eran matrilineales. Un grupo de familias se asociaban y formaban clanes, unidades más amplias de organización social. En los clanes, el punto de referencia era la casa de los abuelos paternos. Ellos, junto a los padres y madres, tenían el deber de educar a los hijos.
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Los taínos desarrollaron una rica cultura. El casabe constituyó el rasgo esencial de su cultura gastronómica. Los buhíos o bohíos, eran las singulares viviendas características de los taínos. Las había de dos tipo: De planta circular y techo cónico, sostenido por postes alrededor del piso, y por un poste colocado en el centro; los más grandes, de forma rectangular, con techo a dos aguas, y con un zaguán o especie de marquesina, donde se recibía a los visitantes.
Como toda sociedad primitiva, los taínos eran politeístas y sus dioses estaban relacionados con los fenómenos naturales. Los caciques eran considerados los representantes de los dioses y eran los únicos autorizados para comunicarse con ellos.
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El rito de la cohoba era la principal ceremonia religiosa, después de varios días de ayuno, los participantes (todos hombres) inhalaban una droga que provocaba alucinaciones y durante el trance se imaginaban que veían y hablaban con sus dioses y estos les daban instrucciones de que hacer en el período siguiente. El behíque o chaman era el principal oficiante de esta ceremonia. Para los taínos sus dioses o cemíes estaban en el cielo, al cual llamaban Turey, siendo la cohoba el medio para que behíques y principales hombres de la tribu pudieran comunicarse con esas deidades. Como parte de la ceremonia se tocaba música con maracas y tamboras que ayudaban a crear el ambiente adecuado para el estado de trance.
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Los polvos alucinógenos utilizados en esta ceremonia eran llamados por los taínos cohoba y lo constituían las semillas de un árbol las cuales eran pulverizadas y se les agregaban polvos de conchas de caracoles quemados. La ceremonia de la cohoba se iniciaba introduciendo un instrumento, llamado espátula vómica, profundamente por la boca para producir el vómito para hacer del ayuno algo más puro aún y tener el cuerpo limpio antes de comunicarse con los dioses. Estas espátulas estaban hechas de madera o de costillas de manatí y decoradas muy bellamente. Los participantes en el rito de la cohoba adoptaban una aposición ritual consistente en acuclillarse y poner los brazos sobre las rodillas, esta posición era facilitada por los dúhos que eran unos banquetes bajos y muy bien labrados, considerados una de las expresiones más bellas del arte taíno, eran confeccionados en caoba, guayacán u otras maderas preciosas, casi siempre estaban labrados representando formas humanas o de animales.
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Los cemíes son estatuas hechas de madera, piedra o algodón que representan los diferentes dioses de la mitología taína. Muchos cemíes están en la posición ceremonial de la cohoba como indicadores de la posición que debían adoptar los participantes de la misma.
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Los areítos eran danzas y cantos legendarios utilizados para transmitir de generación en generación las historias míticas que formaban la religión taína. Sus instrumentos musicales eran la flauta de caña, los tamboriles y una especie de arpa que formaban con una cuerda y una vara flexible.
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Luego de la llegada de los conquistadores españoles los indios se vieron obligados a sumir la religión católica, a aprender el idioma español e incluso a trabajar como esclavos para los colonizadores, así, poco a poco, se fue perdiendo la identidad taína hasta desaparecer unto a los mismos aborígenes, a causa del maltrato y el abuso físico a los que eran expuestos hombres, mujeres y niños, sin distinción

Muchas gracias desde aquí al profesor Ferbel, P. J. por el amor y tiempo dedicado a sus investigaciones antropológicas. Estos datos los he rescatado de algunos de sus artículos publicados en la revista electrónica de la historia y antropología de los indígenas del Caribe

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena entrada, muy completa. Me aclaro muchas cosas. ¡Gracias!

Lic valdez. Petta dijo...

Excelente publicacion. Esto me sirvió de mucha ayuda a una exposición ya de té término de mi carrera lrofesional, muchas gracias señor J.P